El retroceso de los glaciares evidenció grandes reservas del potente gas de efecto invernadero metano que se filtran a través de manantiales de aguas subterráneas descubiertas por el deshielo, indicó un estudio de la revista científica Nature Geoscience difundido este jueves, que estimó que este fenómeno agrava el calentamiento global.

La investigación, dirigida por expertos de Cambridge (Reino Unido) y del Centro Universitario de Svalbard (Noruega), sugirió que las emisiones de metano procedentes del deshielo y el suelo helado del Ártico aumentarán probablemente a medida que retrocedan los glaciares árticos y queden al descubierto más manantiales.

En este sentido, los investigadores estimaron que este fenómeno, junto con otras emisiones de metano procedentes del deshielo y el suelo helado del Ártico, agrava el calentamiento global.

“Estos manantiales son una fuente considerable y potencialmente creciente de emisiones de metano, que hasta ahora no aparecía en nuestras estimaciones del balance mundial de metano”, afirmó Gabrielle Kleber, autora principal de la investigación.

Kleber pasó casi tres años observando la química del agua de más de cien manantiales de Svalbard -donde la temperatura del aire está aumentando dos veces más deprisa que la media del Ártico- y evidenció que “dado que se está calentando más rápido que el resto del Ártico, podemos obtener una vista previa de la liberación potencial de metano que podría ocurrir a mayor escala en toda esta región”.

Hasta ahora, la investigación se había centrado en la liberación de metano por el deshielo del permafrost, pero “este nuevo hallazgo nos dice que hay otras vías de emisión de metano que podrían ser aún más importantes en el balance mundial de metano”, apuntó la coautora del estudio, la profesora Alexandra Turchyn.

Los manantiales de metano identificados se alimentan de un sistema de tuberías oculto bajo la mayoría de los glaciares, sin embargo, una vez que se derriten y retroceden, aparecen manantiales donde esta red de aguas subterráneas perfora la superficie, consignó la agencia de noticias Europa Press.

Además, los expertos evidenciaron que las emisiones de metano de los manantiales de aguas subterráneas glaciares de Svalbard podrían superar las 2.000 toneladas en el transcurso de un año, lo que equivale aproximadamente al 10% de las emisiones de metano resultantes de la industria energética anual de petróleo y gas de Noruega.

También identificaron focos localizados de emisiones de metano, estrechamente relacionados con el tipo de roca de la que emerge el agua subterránea, como el esquisto y el carbón, que contienen gases naturales.

Esta fuente de metano será probablemente más importante a medida que queden expuestos más manantiales, afirmó Kleber, y añadió que “si el calentamiento global continúa sin control, la liberación de metano de los manantiales de aguas subterráneas glaciares será probablemente más extensa”.

“Necesitamos establecer urgentemente el riesgo de un aumento repentino de la fuga de metano, porque los glaciares solo seguirán retrocediendo mientras luchamos por frenar el cambio climático”, concluyó el profesor Andrew Hodson, coautor del estudio.

Fuente: Agencia Télam

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