Investigadoras argentinas llevan adelante el desarrollo de una técnica para la aplicación biotecnológica de bacterias que eliminan metales como el manganeso del agua potable. El trabajo, dirigido por una investigadora del CONICET, fue publicado recientemente en la revista Frontiers in Microbiology.

El acceso al agua potable en nuestro país se enfrenta a diversas problemáticas, especialmente en comunidades de bajos recursos alejadas de los grandes centros urbanos. Muchas veces el recurso es escaso y suele suceder que sus propiedades no sean las adecuadas para el consumo. Las dificultades de estas comunidades para acceder a procesos de purificación plantean la necesidad del desarrollo de métodos alternativos y accesibles para potabilizar el agua.

Es por ello que un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, CONICET-UNR), en colaboración con el Centro de Ingeniería Sanitaria (CIS, UNR) se encuentra desarrollando un método que, a través de la utilización de bacterias, permite la eliminación de metales presentes en el agua para consumo. El equipo se concentra específicamente en el manganeso, un metal que se encuentra naturalmente y que es necesario para la vida, pero que en cantidades excesivas puede alterar las condiciones del agua y tener efectos sobre la salud humana. Algunos estudios sugieren que la exposición a niveles extremadamente altos de manganeso en niños y niñas, puede producir alteraciones en el desarrollo del cerebro, incluso alteraciones del comportamiento y en la capacidad de aprendizaje y la memoria.

El equipo  dirigido por Natalia Gottig, investigadora independiente del CONICET, logró el aislamiento de varias cepas bacterianas adecuadas, que oxidan y remueven el manganeso presente en el agua. “Se trata de bacterias ambientales seleccionadas, versátiles en cuanto a la capacidad de oxidación de Mn y de formación de biofilms, con las cuales se desarrolló un inóculo aplicable a los filtros de arena, que se utilizan actualmente en la región, para acelerar y mejorar la remoción de este metal en plantas de tratamiento de agua subterránea”, explica Gottig.

El exceso de manganeso en el agua implica potenciales problemas de salud pero al mismo tiempo deterioran los sistemas de bombero y distribución de agua debido a la acumulación de sedimentos y la corrosión que provoca. Esto para comunidades de bajos recursos que cuentan con un acceso limitado a posibilidades de mantenimiento de la infraestructura representa un gran problema.

Actualmente los sistemas de purificación utilizados dependen de filtros que capturan bacterias presentes en el agua, las cuales, si tienen la capacidad de oxidar metales, permiten la eliminación de estos del agua. Sin embargo estas bacterias no siempre se encuentran en las cantidades necesarias o cuentan con esta capacidad, y es allí donde entra el trabajo del equipo de Gottig. “Una solución aplicable a este problema es realizar una inoculación o suplementación con bacterias adecuadas en los filtros de arena a fin de acelerar la remoción de este metal”, afirma Gottig.

Los resultados obtenidos hasta el momento demuestran que los filtros inoculado con las bacterias aisladas por el grupo de investigación remueve el manganeso más rápidamente y de manera mucho más eficiente que los filtros sin inocular utilizados hasta el momento.

 

Abel Sberna

Fuente: conicet.gov.ar

 

 

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