En EL ROMPEHIELOS nos sumergimos en el intrigante mundo detrás de las predicciones del tiempo, un arte que ha evolucionado de forma extraordinaria a lo largo del tiempo.
“Estamos tan acostumbrados a consultar el pronóstico del tiempo para hoy, mañana e incluso el fin de semana, que resulta extraño pensar que esto no siempre fue posible”, cuenta Cyndi Fernández, comunicadora meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional, destacando la importancia del proceso que permite anticipar los caprichos de la atmósfera. Según ella, el camino hacia el pronóstico moderno involucró una combinación única de factores científicos, avances tecnológicos y la incansable búsqueda de entender los misterios de la atmósfera.
Cyndi resalta la contribución esencial de la comprensión científica, explicando que “la evolución aproximada de la atmósfera se volvió posible gracias a la aplicación de ecuaciones matemáticas”. Este enfoque, aunque valioso, tuvo sus desafíos iniciales, como lo demostró el científico británico Richardson en 1910. “Tardó nada más y nada menos que 6 semanas en obtener el resultado de un pronóstico a 6 horas de la presión”, relata Cyndi, ilustrando los retos iniciales de prever el tiempo de forma manual.
El paso siguiente, según la comunicadora meteorológica, fue el progreso en las telecomunicaciones que permitieron el intercambio de datos meteorológicos a nivel global en tiempo récord. No obstante, el verdadero salto cualitativo llegó con el desarrollo de supercomputadoras. “Las ecuaciones que representan la dinámica de los fluidos y otros procesos físicos del aire son muy complejas”, señala Cyndi, “resolverlas a mano no es una opción viable, aunque valió la pena el ejercicio”.
La historia de Richardson destaca la impracticabilidad de los métodos manuales, ya que calculó que se necesitarían alrededor de 64,000 personas trabajando simultáneamente para prever el estado de la atmósfera con mayor velocidad que su evolución real. La solución a esta monumental tarea llegó aproximadamente 50 años después, con el avance tecnológico y la implementación de supercomputadoras capaces de resolver los cálculos en cuestión de horas.
Cyndi Fernández hace hincapié en la relevancia actual de los modelos numéricos, describiéndolos como “una representación aproximada de la atmósfera y de todos los fenómenos que ocurren en ella”. No obstante, destaca que estos modelos, a pesar de su utilidad, no son infalibles y tienen limitaciones. Es aquí donde entra en juego la experiencia y conocimiento de los pronosticadores, quienes añaden un valor significativo a la información generada por las computadoras.
“Los pronosticadores juegan un rol fundamental al aplicar su conocimiento y experiencia, dando un valor agregado a la información que proviene de las computadoras”, enfatiza Cyndi. Invita a los espectadores a sintonizar su canal, prometiendo revelar “un montón de cosas muy interesantes sobre los modelos y el pronóstico”. Así, nos invita a descubrir más sobre el apasionante viaje que ha llevado la predicción del tiempo desde cálculos manuales hasta la era de las supercomputadoras.
Daniella Mancilla Provoste