Es famoso y de pequeño tamaño. El tero no posee colores llamativos, pero su aspecto estilizado, su porte elegante y su astucia lo posicionan como uno de los más reconocidos de la fauna del continente.
El tero es un ave nativa de América del Sur, sobre todo de Uruguay y Argentina. Tal es la importancia que tiene en el país vecino que representa o simboliza a la selección nacional de rugby de Uruguay.
Una de las principales curiosidades del tero es que, para descansar, se apoya únicamente sobre una de sus patas y la otra la mantiene pegada al cuerpo. También, suele pararse con las patas hacia atrás y su cuerpo doblado.
Se trata de un plumífero muy territorial que con su particular canto alerta en caso de peligro. Asimismo, es sumamente protector de su nido y los pichones, y grita para llamar la atención y así despistar a los posibles depredadores.
Esta ave es muy astuta, pues sabe engañar a sus enemigos. Suele andar en trío y da señales con su sonido desde un lugar cuando en realidad está en otro. Es una estrategia de despiste para proteger el nido.
Logran armar un gran montaje cuando quieren cuidar a los suyos. Uno se queda a cuidar el nido, el otro comienza a volar y cantar a una distancia y finge que está herido; mientras otro vuela en dirección contraria para lograr llegar hasta el depredador y ahuyentarlo.
Crías que crecen rápido
Otro de los datos llamativos del tero es que sus crías nacen ya emplumadas, algo inusual en otras especies. Esto les permite tener un desarrollo avanzado, dado que logran independizarse apenas salen de su cascarón.
Una de las costumbres que toman desde pequeños para protegerse es que suelen agacharse y quedarse inmóviles hasta que pase el peligro. Charles Darwin la mencionó en su obra como una especie muy útil para los viajeros porque anuncia la cercanía del peligro.
Fuente: Noticias Ambientales