Por medio de un novedoso sistema de muestreo oceanográfico utilizado en el extremo sur de Chile, se logró detectar una microalga capaz de producir efectos neurotóxicos en mamíferos.
Tras dos años de extenso análisis, la expedición oceanográfica Profan entregó los primeros resultados de su trabajo al recorrer la parte norte de Magallanes, durante el segundo semestre de 2019.
En esta investigación, un equipo de investigadores chilenos y extranjeros realizó un exhaustivo estudio a las Floraciones Algales Nocivas (FANs) de los mares de la Patagonia. En esta campaña se efectuaron diversos muestreos con el fin de hacer un escrutinio de la diversidad de microalgas tóxicas y biotoxinas existentes en una zona muy poco visitada de los fiordos australes.
Pinatoxina G
Utilizando un novedoso sistema denominado Spatt se hallaron biotoxinas producidas por microalgas poco comunes en la zona. En concreto, se encontró la presencia de la llamada pinatoxina G, un elemento nocivo que, debido a su gran estabilidad química produce efectos neurotóxicos en ratones.
Esto sugiere que podría cruzar la barrera intestinal provocando trastornos neurológicos en animales.
La toxina es generada por una microalga llamada Vulcanodinium rugosum, que pasa la mayor parte del tiempo en el fondo marino, en algún momento de su desarrollo sube a la superficie y segrega pinatoxina G.
Impresiones
“El descubrimiento de esta toxina es un acierto para quienes trabajamos con marea roja, dado que por primera vez es detectada de manera física en una campaña oceanográfica de estas características”, explicó Marco Pinto Torres, doctorante del Centro Ideal.
Hasta el momento, no existen registros de intoxicación en humanos, pero sí se conocen sus efectos mortales en mamíferos.
“La tarea de aquí en adelante será seguir monitoreando los mares en busca de este microorganismo para poder cultivarlo y estudiar su funcionamiento y respuesta a la producción de la pinatoxina G frente a diferentes condiciones ambientales y principalmente frente al escenario de cambio climático”, comentó el Dr. Jorge Mardones, investigador del Centro Ideal y del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).
El equipo de investigadores seguirá analizando la toxina, para conocer las variables que la generan, su organismo productor, estacionalidad y zonas donde se concentra.
Fuente: El Pingüino