La zona noroeste de Santa Cruz suma una nueva propuesta al destino turístico emergente que ya cuenta con actividades como avistaje de fauna, turismo de naturaleza, arte rupestre y senderismo. Apta para todas las exigencias, las paredes del cañadón están preparadas para todos. Desde los que recién empiezan, hasta los más experimentados.

“Lo único que necesitan es ganas de hacerlo”, dice el peritense Maximiliano ‘Pachi’ Castillo, guía idóneo del Parque Patagonia y monitor de escalada de la Federación Argentina de Ski y Andinismo (FASA), con una trayectoria que lo ha llevado a paredes patagónicas tanto argentinas como chilenas. 

“Lo puede realizar cualquier mayor de 12 años que venga con sus padres y los adultos que estén motivados. Con que uno quiera hacerlo, es suficiente, porque la escalada tiene distintas dificultades, y en el cañadón tenemos vías disponibles desde el grado más fácil hasta el más difícil”, explica. “Tengo todo el equipo necesario para brindarle a las personas que quieran acceder al servicio. No hace falta nada más que ropa cómoda, tiempo y ganas de hacer la actividad”.

“Primero damos una charla introductoria. Les enseño el material, cómo se usa y después hacemos la actividad. Primero es un bautismo de rapel (descenso vertical) y a continuación una escaladita de la manera más sencilla que se llama ‘top-rope’ con la cuerda, desde un anclaje súper seguro que instalamos en la cima de la vía”.

El Club Andino Pari Aike está conformado hace seis años por amigos y cuenta con unos 60 socios. “Contamos con grupo de WhatsApp para que nos contacten quienes estén interesados en sumarse” dice “Pachi”, como lo llaman en la zona. “Ahora estamos terminando la personería jurídica municipal que nos permitirá desarrollar una palestra, un lugar a donde se pueda ir a practicar”. 

Sobre el cañadón Caracoles, Castillo explica que “es un lugar que está en pleno desarrollo y tiene un gran potencial. Todos los escaladores que lo visitan se van maravillados. Ahí está el futuro de la escalada de todo tipo. Actualmente hay alrededor de 80 vías, pero podría haber miles”, se entusiasma.

“La gente que viene a escalar es de todas partes del mundo. Muchas veces llegan a El Chaltén y tienen varios días de mal tiempo. Al no poder escalar allá, viajan 500 km hacia el norte y llegan al cañadón Almendra y al Caracoles y quedan alucinados con su potencial”. 


Una tribu vertical

Durante la adolescencia, Maximiliano probó con distintas actividades, pero “sentía que quería un desafío mucho más allá de los deportes comunes”. Fue así que encontró en la escalada eso que estaba buscando.

“Me atrapó. Elegí la escalada con dificultad -que es bastante exigente- no solo en el aspecto físico, sino por su componente psicológico. Desde el punto de vista espiritual, es prepararte y hasta soñar con que subis la montaña. Cuando lo lográs, te llena el espíritu, es alimento para el alma”.

“Es como una forma de vida: escalar, compartir, viajar, conocer lugares nuevos, estar en contacto con la naturaleza, con la linda comunidad que se genera. Tiene todo un mundo detrás. Toda una tribu vertical.”

Daniella Mancilla Provoste


Los interesados pueden contactarse con Maximiliano para ir desde Perito Moreno hacia el Cañadón Caracoles, o también cuentan con la opción de hospedarse dentro del Parque Patagonia, en La Posta de los Toldos, un refugio en la estepa patagónica profunda ubicado en el Portal Cañadón Pinturas, donde el guía ofrece pasar a buscarlos. Maximiliano Castillo: 297 4668810

EL ROMPEHIELOS
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