La campaña por el reconocimiento legal de la Lengua de Señas Argentina (LSA) es una lucha que la Confederación Argentina de Sordos (CAS) ha dado sostenidamente y que el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET) fortaleció con acuerdos de asistencia técnica. Se destacan los argumentos científicos de la investigadora del Consejo Rocío Martínez, del Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quién desde lo disciplinar contribuyó a sensibilizar a legisladores/as, personal que trabaja en el Congreso Nacional y a la población en general, en torno a problemas lingüísticos de la comunidad sorda en el país.
La reciente aprobación de la Ley de Lengua de Señas Argentina marca un hito, por la activa participación desde el 2007 de las personas sordas en declarar la LSA como patrimonio cultural inmaterial y, por la implementación de políticas lingüísticas específicamente diseñadas por sus organizaciones representativas. “La LSA es fundamental para la identidad cultural de las personas sordas, es un gran elemento de cohesión, reconocerla como patrimonio cultural e inmaterial es reconocer una historia de lucha, su valor simbólico y su aporte a la diversidad lingüística cultural de nuestro país”, afirmó Rocío Martínez en su exposición en el recinto.
En los argumentos para su aprobación, se sostuvo que es una lengua natural que permite la comunicación sobre los diversos temas y posee una estructura gramatical distinta del inglés y español; tiene una tendencia de ubicar el sujeto en primera posición, el objeto en segunda posición y, el verbo al final de la frase. Enzo Ricci, Presidente de la Confederación Argentina de Sordos (CAS), sostiene que el pedido de Ley se fundamenta en una historia de resistencia de 140 años, donde se transmitió la lengua de generación en generación; “es nuestra lengua, identidad y cultura, conformada por más de 40 asociaciones afiliadas con el fin de promover los DDHH de las personas sordas.”
La Ley de Lengua Señas Argentinas pretende “romper con una historia que hizo foco en lo que les falta, es romper con una historia de pensar a las personas sordas sin que ellas tengan un decir sobre sus propias vidas, es romper con siglos de juzgarlos desde una mirada patologizante” afirma la investigadora, Rocío Martínez y con ello certifica la importancia de un cambio de paradigma que pretende abandonar la mirada médica para generar políticas sociales que permitan el reconocimiento legítimo de sus ciudadanos y ciudadanas.
Fueron siete los ejes rectores de la Ley: reconocimiento de la LSA, libertad de elección y uso de la misma; la LSA como lengua natural y con organismos legítimos de consulta; accesibilidad garantizada por el estado, como también la enseñanza de la LSA para personas sordas.
Resulta importante destacar que los aportes científicos, respaldados por el CONICET, se dan en el marco de una asistencia técnica; acuerdo de vinculación tecnológica que permite a organizaciones civiles u organismos públicos trabajar mancomunadamente para dar respuesta a demandas de inclusión y justicia social.
Fuente: CONICET