Un día como hoy pero del año 1968 se disputó, en el estadio “Monumental”, la final del torneo metropolitano de primera división, en la que se enfrentaron San Lorenzo de Almagro y Estudiantes de La Plata. Final que culminaría con la consagración de uno de los equipos más emblemáticos de la historia de nuestro fútbol.

La previa del partido se vivió con una gran expectativa ya que el equipo oriundo de la ciudad de las diagonales llegaba al encuentro como el flamante campeón de América, mientras que el elenco azulgrana arribaba a dicho compromiso como el “equipo sensación” del torneo, sin haber caído ante ningún rival con el que le tocó enfrentarse.

Dichas circunstancias dieron pie a un partido reñido y parejo, que al finalizar los 90 minutos reglamentarios se encontraba igualado con un tanto para cada equipo (goles de Verón para Estudiantes y Veglio para San Lorenzo), por lo que se tuvieron que jugar dos tiempos de 15 minutos de alargue para decidir quien se alzaría como campeón. 

Allí fue cuando, con un gol del “Lobo” Fisher a los 10 minutos del tiempo extra, el marcador se inclinó para el bando de los “cuervos”, quienes se proclamaron victoriosos y se quedaron con el Metropolitano de aquel año.

Sin embargo, aquel campeón no sería uno más para la historia de nuestro fútbol. San Lorenzo sería el primero en hacerlo de forma invicta (16 victorias y 8 empates), siendo el mayor goleador y también el portador de la valla menos vencida, hito por el cual se ganó el apodo de “Los Matadores”.

El plantel dirigido por el director técnico brasilero Tim, era una conjunción perfecta entre juveniles muy habilidosos (como Héctor Veira, Roberto Telch, “el Loco” Doval, entre otros) que a raíz de su fútbol desfachatado y atrevido se habían ganado el apodo de “los carasucias”; sumados a jugadores más experimentados que le dieron una columna vertebral al equipo, como “Batman Buttice” (arquero), Sergio “el Sapo” Villar, Carlos Veglio y Rodolfo el “Lobo” Fisher.

De la mano de Tim, San Lorenzo hizo culto al buen trato del balón, con un juego ofensivo que hizo una revolución en el fútbol de la época y dejó un marca imborrable en la memoria de los fanáticos futboleros y sobre todo en los hinchas del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

Tal es así que 52 años después siguen siendo recordados.

El 11 inicial de aquella tarde en Núñez fue: 

Buticce; Calics y Rosl; Villar, Cocco y Albrecht; Pedro González, Rendo, Fischer, Telch y Veglio.

Martín Randazzo

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