Hace treinta años se disputaba el Campeonato Mundial de Futbol en Italia. Certamen recordado por la mayoría de los argentinos, entre otras cosas, por la apilada de rivales de Maradona vs Brasil y posterior gol del “Cani”, o, también, por las heroicas actuaciones del “Goyco” en las tandas de penales frente a Yugoslavia e Italia. Pero todo ello pudo no haber ocurrido si no fuera por “la segunda mano de Dios”.
El 13 de junio de 1990, la selección argentina disputaba en el Estadio San Paolo, de la ciudad de Nápoles, la segunda fecha del “mundial” vs la URSS. El equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo, llegaba a dicho encuentro con la obligación de conseguir un resultado favorable luego de perder por 1-0 en el partido inaugural vs Camerún.
Las selecciones esperando por los himnos en el San Paolo.
Sin embargo, el partido no arrancó de la mejor manera. A los 8 minutos, Nery Pumpido -arquero- salió en búsqueda de un balón que ingresó a su área y chocó con el “Vasco” Olarticoechea, producto de lo cual sufrió una fractura en la tibia y peroné de su pierna derecha.
El encuentro estuvo detenido durante tres minutos, luego de los cuales saltó al campo de juego un joven Sergio Goycochea, quien casi sin realizar movimientos de calentamiento, tenía que enfrentarse a una oportunidad clara de gol para el equipo contrario. Ya que previamente, el “Checho” Batista, había enviado el balón al córner para que atiendan al lesionado portero.
Es por ello que el juego se reanudó con la ejecución de un tiro de esquina desde el vértice izquierdo, a favor de la selección soviética. Centro que fue interceptado por Oleg Kusnetov quien se anticipó a José Basualdo y desvió el balón con destino de gol. Gol que pudo haber sentenciado la continuidad del equipo albiceleste en el mundial.
Pero esto no ocurrió. Ya que, custodiando el primer palo del arco, ahora defendido por “Goyco”, se encontraba el legendario capitán, el que cuatro años antes, en el mundial realizado en México, había utilizado su mano izquierda para marcar el primer gol en los cuartos de final vs Inglaterra.
Ésta vez, Diego Armando Maradona hizo uso de su brazo derecho para detener el disparo que se disponía a ingresar en la portería argentina, para luego rechazar el balón y así alejar el peligro. Situación que no fue advertida por el árbitro sueco Erik Frediksson, quien pudo haber marcado penal y la posterior expulsión de la figura mundial.
Finalmente, la Selección Argentina ganó el partido con un marcador de 2-0 con goles de Pedro Troglio y Jorge Burruchaga, y el punto de inflexión fue tal, que luego de ello logró alcanzar de forma heroica a la final del torneo, dejando en el camino a Yugoslavia, el temible Brasil y nada mas y nada menos que al anfitrión Italia.
El resumen del match. Video de ‘Goles Mundiales’.
¿Qué hubiera pasado si Diego no utilizaba nuevamente el recurso adquirido después de tantas horas de potrero? No lo sabemos. Lo cierto es una vez más, en un momento clave para nuestra selección de futbol, apareció “la mano de Dios” y nos dejó con vida en la cita mundial.
Martín Randazzo