El incendio forestal del 23 de noviembre en Tolhuin dejó como salgo mas de 130 hectáreas de bosque afectado, de las cuales 20 corresponden a la reserva Selk’nam Rafaela Ishton. Un juez de Río Grande inició investigaciones de oficio para determinar responsabilidades.

A finales del siglo XIX la ganadería pisó fuerte en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Una nueva forma de explotación de los recursos de estas tierras crecía a pasos agigantados de la mano de terratenientes como José Menéndez quien forjaría un imperio que perdura hasta nuestros días. Con el argumento de desarrollar una industria que traería prosperidad y trabajo se instaló la necesidad de aprovechar las vastas extensiones de territorio patagónico que a los ojos de políticos y empresarios blancos estaban siendo desaprovechadas.

Para que el negocio pudiera prosperar, era necesario que las tierras fueran seguras y estuvieran a total disposición, por lo que la expansión de la ganadería vino de la mano de la persecución y matanza de miles de Selk’nams que habitaron la Isla Grande durante miles de años. El progreso prometido solo trajo beneficios para unos pocos terratenientes que acapararon la propiedad de prácticamente todo el centro y norte de la isla, mientras que los habitantes originarios se vieron cada vez más acorralados, con su estilo de vida y su cultura pisoteadas. Su principal recurso, el guanaco, fue diezmado para evitar que consuman las pasturas que los productores ganaderos pretendían para sus animales y el Selk’nam se vio obligado a cazar las ovejas para alimentarse, dándoles nuevos argumentos a los blancos para perseguir y asesinar a este pueblo.

Ese fue el final de un periodo que duró miles de años, en el cual los pueblos originarios de Tierra del Fuego convivieron en armonía con su entorno, cuidando el bosque y las pasturas, aprovechando de forma sustentable lo que el territorio les ofrecía. La llegada de la cultura occidental, con su progreso y desarrollo solo trajo el final de su cultura, destruyendo su entorno y los recursos que ellos aprovechaban y actualmente, a pesar del paso del tiempo, nuestra actividad sigue perjudicando a los habitantes originarios que aún habitan esta tierra.

El pasado sábado 23 de noviembre un incendio forestal afectó a alrededor de 20 hectáreas de bosques pertenecientes a la reserva Selk’nam de la comunidad Rafaela Ishton, en cercanías de la ciudad de Tolhuin. El origen del incendio se dio en las instalaciones del aserradero Lenga Patagónica, empresa extranjera que opera en nuestro territorio extrayendo y exportando madera de lenga. El incendio comenzó en un quemadero de astillas recientemente inaugurado que se encontraba operando a pesar de que las condiciones climáticas no eran las aconsejables. El fuerte viento y el clima seco hicieron que el fuego se fuera de control y en pocas horas el incendio afectó alrededor de 130 hectáreas hasta que pudo ser controlado gracias al esfuerzo de los bomberos y un cambio en las condiciones climáticas.

El 25 de noviembre se conmemora un hecho nefasto. El asesinato de 28 Selk’nams por orden del capitán argentino Ramon Lista. El hecho, ocurrido en 1886, es recordado cada año como el “Día del Indígena Fueguino” y resulta irónico que mientras las comunidades originarias reclaman que la provincia declare la fecha como un día de duelo en reconocimiento al genocidio perpetrado contra los Selk’nam, en lugar de eso continuamos permitiendo que se atropellen los derechos de los habitantes originarios de esta tierra. Como en los tiempos de Menéndez, quien justificaba sus acciones con la promesa de desarrollo y trabajo mientras mantenía a sus empleados en pésimas condiciones, mandaba a asesinar indígenas y manipulaba a su antojo al sector político para quedarse con las tierras y así enriquecerse enormemente, hoy tenemos empresas que bajo esos mismos argumentos de progreso y prosperidad operan poniendo en peligro nuestro territorio y a quienes lo habitan.

En las últimas horas se conoció la noticia de que el juez Daniel Cesari Hernández de la ciudad de Río Grande ha actuado de oficio dando inicio a una investigación del hecho para determinar responsabilidades sobre lo sucedido. “Queremos determinar a las posibles personas que podrían ser señaladas como partícipes del hecho y ver si corresponde un llamado a indagatoria”, explicó el juez al aire en Radio Fueguina, al tiempo que consideró que “prender fuego sin reparo y dejarlo a acción del viento es una bomba de tiempo”.

¿Será justicia?

Abel Sberna

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