La Aviación Naval recibe este sábado el primer avión de un lote de cuatro adquiridos a Noruega para misión de control y vigilancia en el Atlántico sur.

Se trata del cuatrimotor Orion P-3C matriculado 6-P-57 que partió del aeropuerto Keystone Heights, Florida, donde en talleres de la firma MHD- Rockland se completó la puesta en servicio. La aeronave aterrizará en la base aeronaval Almirante Zar de la ciudad de Trelew, Chubut.

El contrato de adquisición por 4 aeronaves de exploración marítima de largo alcance Lockheed Martin P-3 Orión de la Real Fuerza Aérea de Noruega más un lote de repuestos se inició en el gobierno anterior. Quedó pausado por la transición a la gestión de Javier Milei y además por incumplimiento del pago de la primera cuota de unos 10 millones de dólares durante el ejercicio de Sergio Massa en Economía.

La negociación por tres P-3C y uno de la versión P-3N apuntó a ejemplares con potencial de vuelo. Dos de ellos fueron retirados del servicio por la fuerza aérea noruega a fines de junio de 2023 y los restantes estaban depositados en el Grupo Aeroespacial de Mantenimiento y Regeneración de los Estados Unidos, donde se almacenan las aeronaves excedentes del Departamento de Defensa. Todos deben ser sometidos a las inspecciones necesarias para llevarlos a la operatividad segura, tal como se hizo con la aeronave a punto de arribar al país.

El impago del primer tramo del contrato ocasionado por Sergio Massa obligó al ministro Luis Petri a una renegociación que culminó con éxito, aunque no fue el único obstáculo. Había una traba en un componente del radar de búsqueda AN/APS-137(V)5, que equipa las aeronaves cuya especificación es nivel OTAN.

Sin ese equipo, la aeronave cuya misión es la exploración y vigilancia marítima de largo alcance no cumpliría la tarea específica.

La PCB (placa de circuito impreso) en cuestión es un integrado de estándar OTAN que al retirarse; puesto que el país no forma parte de la Alianza; inhabilitaba la correcta operación y funcionamiento del radar.

Washington autorizó su inclusión y uso por intermediación del embajador Marc Stanley y recomendación de la general Laura Richardson, titular del Comando Sur y el contralmirante James Aiken, comandante de las Fuerzas Navales del Comando sur.

Contribuyó la política de alineamiento y las gestiones de Petri junto al secretario de Asuntos Internacionales, Juan Battaleme, ante la OTAN para incluir a la Argentina en la categoría de “socio global” (partners acorss the globe).

En simultáneo otra operación de envergadura, la compra de cazas de fabricación estadounidense F-16 a Dinamarca, ya se había concretado.

Señal consistente de la reorientación de la política exterior adoptada, tanto Dinamarca como Noruega pertenecen a la Alianza Atlántica, además como los F-16 y los Orion P-3C/N son aeronaves militares de origen estadounidense, se necesitó de la autorización del Congreso para su transferencia a la Argentina.

Los aviones mantenían actualizados sus sistemas y sensores, el Gobierno Noruego prestó siempre especial atención a sus medios de control marítimo en el Atlántico Norte.

Las células tienen un programa de extensión de la vida útil (Slep, sigla en inglés de service life extensión program) que prolonga entre 17.000 y 20.000 horas de vuelo más su operatividad.

La vigilancia y control permanente del espacio oceánico y fluvial es responsabilidad del Comando Conjunto Marítimo (COCM) creado en 2021 bajo la órbita del Estado Mayor Conjunto. El COCM interviene, además, en tareas de búsqueda y rescate y, supervisa el tránsito marítimo en la zona del Atlántico Sudoccidental y Austral, hacia y desde las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. La época de mayor actividad pesquera en el Atlántico sur es entre los meses de noviembre y marzo.

Es una operación en aguas australes y rotan en la tarea cuatro navíos de la División Patrullado Marítimo además de aeronaves de la Aviación Naval que, a partir del arribo de los Orion, aumentará la presión contra la pesca furtiva.

Controlar pesqueros extranjeros que se posicionan adyacentes a la milla 200 y disuadir las incursiones en aguas argentinas en conjunto con medios de la Prefectura.

La autonomía de estos aviones; 12 horas y radio de acción de unas 1.500 millas náuticas (2.780 km), lo hacen apto para vigilar en un solo vuelo casi todo el litoral marítimo. Pueden ser configurados para misiones de inteligencia de imágenes e identificación de buques.

Permitirá llegar hasta aguas subantárticas en tareas de observación y vigilancia de buques dedicados a la investigación científica o a la pesca dentro de la zona marítima regulada por la Convención de Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA).

Actividades de injerencia de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico sur a través de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) de la cancillería, oficina a cargo de Paola Di Chiaro. Es un área sensible de aguas próximas a las islas Georgias del Sur donde se captura merluza negra, especie de alto valor en el mercado internacional.

Fuente: Ámbito Financiero

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