Creado por la Universidad Nacional de La Plata y una empresa de General Rodríguez, funcionará gracias a baterías de litio.
El primer avión eléctrico de Latinoamérica creado por una universidad pública, AVIEM 100 Epower, está cada vez más cerca de llegar al cielo y hacia fin de año podría estar en condiciones de despegar. Desarrollado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la empresa Aviem Aeronáutica SRL, la aeronave funcionará con baterías de litio y podrá transportar hasta dos personas y una carga de hasta 180 k durante una hora. En este artículo, la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ dialoga con Guillermo Garaventta, responsable del proyecto junto con el ingeniero aeronáutico Claudio Rimoldi.
“Se utilizará para prácticas de piloto o deportivas. Actualmente, en el país se utilizan aquellos que funcionan con nafta y combustión y lo que nosotros hacemos es reconvertir uno de estos a eléctrico. El motor es propulsado por baterías de litio por lo que consume la mitad que los tradicionales y no contamina el ambiente”, cuenta el integrante del Centro Tecnológico Aeroespacial de la UNLP, donde se trabaja con el fuselaje del avión.
El peso de la aeronave es de 750 kg y, a diferencia de un avión tradicional cuya batería de plomo pesa más de mil kilos, la nueva hecha de litio pesa 290 kg. Desde la Universidad se diseñó la batería, se hicieron pruebas en tierra del funcionamiento de las pilas y adquirieron gran parte del hardware y software para integrar al avión. También colocaron la hélice, llevaron adelante pruebas de temperatura y colocaron un sistema de refrigeración para que funcione adecuadamente. Solo resta colocarle las alas y el tablero que utilizará el piloto –que ya están diseñadas– y la aprobación de la Administración Nacional de Aviación Civil para que la aeronave despegue.
Así, el proyecto que inició en 2022 y verá finalmente la luz este año, tiene promesas de seguir creciendo. Tal como detalla el investigador con larga trayectoria en baterías, el objetivo es que estas que hoy pesan 290 kg lleguen a pesar la mitad para 2030 y que baje aún más para 2035.
A la altura de las mejores
En este desarrollo formaron parte profesionales y docentes de la Universidad, pero también estudiantes supervisados por los mismos. Garaventta enfatiza: “Cuando me recibí en el 91 no estaban estas oportunidades, es excepcional que ellos puedan formarse participando de proyectos históricos e importantes para el desarrollo del país”.
En pocas palabras, quienes están creando el primer avión eléctrico de Latinoamérica con sello nacional son personas que enseñan, corrigen parciales y que estudian para dar lo mejor de sí. Profesionales en todo sentido, y así lo asegura Garaventta ante la Agencia: “En momentos de destrucción como los que estamos viviendo, nosotros apuntamos al desarrollo de nuestro país junto con los jóvenes que están aprendiendo. No somos mejores que nadie, somos iguales a los mejores. Tenemos profesionales para que este país crezca”.
Además, el ingeniero agrega que Argentina necesita tener políticas de Estado en materia de ciencia y tecnología para que proyectos como este no se frenen cada cuatro años. De hecho, la UNLP es reconocida en parte por sus aportes de conocimiento y tecnología en proyectos satelitales nacionales, en el desarrollo de colectivos eléctricos y de baterías de litio, solo por nombrar algunas.
“Todas las universidades tienen recursos y creaciones extraordinarias y de gran aporte para el país, cuyo único límite es el financiamiento, y no el conocimiento. Hoy el financiamiento es cero y eso es trágico porque si no continuamos con el apoyo a los investigadores, a los docentes y a los estudiantes, la posibilidad de generar éxito es poca”, sentencia.
Fuente: Agencia de Noticias Científicas