Históricamente, la salud del personal militar requirió de un cuidado y abordaje específico. Ya sea en tierra, aire o mar, los médicos aseguraban una atención integral que muchas veces superaba sus campos de especialización. Así, cirujanos, enfermeros o hasta barberos -quienes antiguamente colaboraban en el cuidado de los enfermos- tenían un rol esencial en cualquier Fuerza Armada.
Esta interacción entre el mundo de la defensa y el plano de la salud influenció enfoques médicos y descubrimientos que más tarde se extendieron al ámbito civil. Por ejemplo, hacia 1859 y tras ser testigo de la Batalla de Solferino (Italia), el suizo Henry Dunant notó que al anochecer los heridos permanecían en el campo de batalla, por lo que convenció a un pueblo cercano de auxiliarlos. De regreso a su país, Dunant planteó una organización totalmente neutral que socorriera a los heridos. Esta idea daría nacimiento a la Cruz Roja.
Otro caso relevante se dio durante la Primera Guerra Mundial, cuando los bombardeos de artillería dejaban graves heridas a los soldados comprometiendo sus tejidos blandos. Esto llevó a entender que una atención médica rápida y efectiva podía detener las hemorragias y así prevenir muertes evitables. El papel del camillero en el campo de batalla, entonces, se amplió más allá del traslado de heridos, incluyendo la administración de primeros auxilios y la capacitación en técnicas para frenar la pérdida de sangre.
Como sucedió en el resto del mundo, Argentina también contó con referentes de la salud que, vinculados directa o indirectamente con el ámbito militar, marcaron precedentes adoptando enfoques de vanguardia. Juan de Dios Madera, Cosme Mariano Argerich o Enrique Finochietto, son apenas algunos ejemplos.

Origen de la Sanidad Naval
Tradicionalmente, la responsabilidad de la atención médica del personal militar recaía en la Sanidad Militar, con su máxima autoridad representada por el Cirujano Mayor del Ejército. Sin embargo, en 1879, esta estructura se modificó con la creación del cargo de Cirujano General de la Armada.
Avalado por el Presidente de la Nación Nicolás Avellaneda, el 21 de abril de aquel año la Armada pasó a contar con un jefe médico propio. El doctor Pedro Mallo fue el primero en ocupar la función de Cirujano General de la Armada, convirtiéndose en el referente principal de la Sanidad Naval.
Desde entonces, los integrantes del equipo de salud de la Armada han ampliado su campo de acción, brindando atención médica a miembros de la Institución y sus familiares, asistiendo zonas vulnerables y prestando servicios a lo largo del país.

“Las actividades actuales de la Sanidad Naval están centradas en el apoyo a las campañas sanitarias y de vacunación; el apoyo a las operaciones de paz; operaciones con el Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas y otras Fuerzas; el apoyo sanitario en el cuidado y custodia de los intereses marítimos; y el apoyo sanitario a las Bases Antárticas”, señala el Director General de Salud de la Armada (DGSA), Comodoro de Marina Médico Alberto Hugo Croci, quien también destaca la labor en medicina preventiva.
Vale decir que en el contexto histórico reciente dos hitos fueron trascendentales para la sanidad militar en general y la sanidad naval en particular: la Guerra de Malvinas y la pandemia del COVID-19. Estos hechos implicaron un cambio en la dinámica de trabajo, potenciando nuevas perspectivas sobre la medicina de emergencia y la medicina táctica.

“Antiguamente se entendía que los equipos de salud se conformaban por médicos y enfermeros, pero ahora los equipos se integran por personas de diferentes especialidades y servicios que apoyan en el cuidado y mantenimiento de la salud”, explica el Comodoro de Marina Croci.
Izq-Hospital Naval Buenos Aires / Der. Hospital Naval Puerto Belgrano.
Con respecto al trabajo del personal, el Director General de Salud de la Armada resalta: “Me enorgullece lo que nuestros hombres y mujeres, civiles y militares, demuestran diariamente”.
“Fundamentalmente quiero mencionar lo realizado en la pandemia durante las operaciones ‘Belgrano I’ y ‘Belgrano II’ que fueron nuestros grandes desafíos contemporáneos y aún no terminan, ya que la emergencia sanitaria continúa. El objetivo de cara al futuro es continuar preparándonos”, concluye.
Fuente: Gaceta Marinera