Por Nicolás Belgrano

Uno de los interrogantes principales que se plantea el público en general alrededor de la industria “cripto” es si realmente existen activos valiosos en los cuales invertir, o si en realidad es solamente una mera burbuja que podría beneficiar a unos pocos especuladores.

Para ayudar a responder esta pregunta, es necesario aclarar dos cuestiones que nos ayudaran a entender el fenómeno de las inversiones en este tipo de activos:

1- ¿Qué le da valor a un activo? Si cuestionamos la existencia de valor en los criptoactivos, entonces debemos entender a qué llamamos “valor” y cómo analizamos la existencia o ausencia de ese valor en los activos que analizamos.

2- ¿Hay algún fundamento para invertir en criptoactivos? es el fenómeno de “cripto investing” (que ha crecido acentuadamente hacia 2017 y que se mantiene vigente en 2018, aunque en niveles inferiores) una burbuja que beneficiará solamente a especuladores de corto plazo, o un fenómeno que llegó para quedarse y tiene fundamentos de fondo que ameritan introducirse en el mundo financiero de inversiones en criptoactivos?

En el siguiente artículo buscamos enfocarnos en la primer cuestión, abordando fundamentos e ideas que explican cómo un inversor puede analizar y valuar criptoactivos desde el punto de vista de los fundamentos que sostienen su valor. Asimismo, expondremos nuestra postura frente a dicha cuestión, los argumentos que la respaldan y una introducción sintética al mecanismo de valuación utilizado por CTF.

Si consideramos que existe cierto valor en los criptoactivos, entonces podremos decir que no es solamente una burbuja, y que vale la pena introducirse en el mundo “cripto”, comenzando a entender los fundamentos y dinámicas de las inversiones.

Vale la pena notar que, al igual que ocurre en el mercado de valores tradicional, ello no significa que van a desaparecer las distorsiones de mercado y de precios debido a factores meramente especulativos o “externos” que tienen una relación indirecta con el verdadero valor de fondo de los criptoactivos.

Existen, a la vez, otros enfoques más cuantitativos que ayudan a la valuación de los activos: autores como Chris Burniske o Nic Carter han descrito modelos matemáticos para la comprensión de dicha valuación, aunque este es un tema que abarcaremos en futuros artículos.

El nuevo fenómeno de la economía “tokenizada”

En la mayoría de los casos vistos hasta finales de 2018, los tokens que salieron a la venta fueron “utility tokens”, es decir, tokens que representaban un derecho de uso de una plataforma, servicio o producto.

Este tipo de tokens no suele estar respaldado por ningún activo tangible, garantías, ni futuros ingresos de una compañía o proyecto, y tampoco pueden ofrecerles a sus tenedores beneficios como reparto de dividendos, dado que no cumplen con las regulaciones para poder hacerlo.

En la economía tradicional, hace ya muchos años que existen los “security tokens”, es decir, los tokens de securitización de activos reales, tanto tangibles como intangibles. Ejemplos de esto son los bonos representativos de deuda, derechos de cobro sobre futuros dividendos, etc, o incluso instrumentos más “novedosos” como lo fue el Bowie Bond en 1997, al securitizar ciertos derechos de propiedad intelectual de David Bowie.

Si estos activos pudieron ser “securitizados” ¿por qué no poder hacerlo con código computacional sobre una blockchain y aprovechar los beneficios que esto puede traer?

Al igual que un “security” tradicional, un token puede ser entendido como una participación fraccional de valor en un activo subyacente.

Para entender mejor el mundo de los tokens, podemos clasificarlos, a grandes rasgos, de la siguiente manera:

1- Tokens como medio de pago o moneda de cambio: para comprar y vender bienes y servicios del mundo real.

2- Tokens de plataforma: tipo Ethereum, pueden ser utilizados como pago para acceder al uso concreto de una plataforma específica de blockchain.

3- Tokens respaldados por un activo: están directamente respaldados por activos tangibles como propiedad inmueble, obras de arte o coleccionables .

Si bien existe un amplio espectro de casos de uso, todos los tokens representan la titularidad descentralizada de algún activo subyacente. De hecho, es muy probable que estemos ingresando en una economía “tokenizada” mediante la cual los inversores podrán comprar participaciones fraccionadas de cualquier activo de valor como equipos de fútbol, música, productos, derechos de voto en asociaciones, etc. Este fenómeno no es completamente nuevo y, en cierta medida, también ha comenzado a ganar terreno mediante el “equity crowdfunding”.

Dada esta tendencia transformadora, resulta imperativo entender cómo los inversores valúan los activos “tokenizados”.

Cómo valuar “criptoactivos” o “activos digitales”

Para responder este interrogante, dividiremos el análisis en tres tipos de tokens:

1- Tokens respaldados por activos de valor conocido;
2- Tokens respaldados por activos de valor desconocido; y
3- Nuevos tokens con activos inciertos o valor de activos indeterminado.

1. Tokens respaldados por activos de valor conocido

Estos tokens pueden estar respaldados por activos tangibles como inmuebles, obras de arte, derechos sobre futuros dividendos de una empresa, participaciones en fondos de inversión, etc. A medida que la tecnología blockchain siga evolucionando, es altamente probable que veamos un crecimiento sustancial de la “tokenización” de este tipo de activos reales o tangibles.

Es importante resaltar que el token representa una participación fraccional del activo subyacente, pero no el activo en sí mismo (la definición de “token” puede establecerse como “una cosa que sirve como representación visible o tangible de un hecho”). En este sentido, en algunos casos puede diferir de las “securities” o “valores”, donde generalmente representan la titularidad verdadera. En el caso de los tokens, sería más acertado decir que representan una participación del valor percibido.

El concepto de valor percibido es algo que vemos en la actualidad en nuestra vida cotidiana. Cuando el Dólar estadounidense todavía estaba parado sobre el estándar Oro, estaba respaldado por oro físico. Sin embargo, desde que se desligó del estándar del oro, comenzó a estar respaldado por el contrato social: empezó a tener valor porque eso es lo que se comenzó a aceptar y consensuar socialmente. La confianza en que el sistema será capaz de mantenerse y crecer en el futuro es lo que mantiene su precio.

Esos mismos contratos sociales también tienen injerencia sobre los tokens: a medida que suficientes inversores consensúen que tienen valor, tendrán valor. A medida que más inversores entran al mercado o que aumenta la confianza en el futuro valor de los tokens, subirán de valor. Cuando pierden confianza, cae el valor.

Nicolás Belgrano
Cofundador de El Rompehielos

 

Deja tu comentario