Esta iniciativa, coordinada por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia en el marco del “Proyecto MaRes, para reforzar la resiliencia de las áreas costeras y marinas protegidas de Argentina”, permitirá evaluar en forma integral la dinámica de los residuos plásticos de origen pesquero e identificar los sitios de acumulación y sus grados impacto.
El Instituto de Conservación de Ballenas participó de esta iniciativa como parte de las organizaciones miembro del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y sus áreas de influencia, implementadoras de este proyecto que, entre diversos objetivos, busca prevenir la contaminación plástica de origen pesquero.
A través de la articulación interjurisdiccional, se relevaron en 2 etapas un total de 1.329 km de la costa chubutense. Esta iniciativa se pudo llevar a cabo con la colaboración del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas, la Secretaría de Ambiente y Control de Desarrollo Sustentable, la Secretaría de Pesca y la Administración de Parques Nacionales, en el marco del “Proyecto MaRes, para reforzar la resiliencia de las áreas costeras y marinas protegidas de Argentina”, que coordina al Foro para la Conservación del Mar Patagónico con financiamiento de la Unión Europea.
La primera etapa cubrió el Área Natural Protegida Península Valdés y la segunda el Parque interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral y parte de la costa provincial.
Los registros obtenidos a través de este relevamiento se complementarán con el análisis de las corrientes oceánicas, imágenes satelitales e incluirá un mapa de catastro de los campos costeros, permitiendo a las autoridades coordinar y optimizar acciones de limpieza y remediación de playas, y evaluar la accesibilidad a diferentes sitios con grados de impacto variable.
La ruta del plástico pesquero
En las costas de la provincia de Chubut, la contaminación plástica de origen pesquero es un problema ambiental significativo sobre todo en áreas costeras y marinas protegidas que albergan una gran biodiversidad de especies entre ellas la ballena franca austral, lobos marinos, pingüinos de Magallanes y diversas aves costeras.
Entre estos plásticos se pueden encontrar sogas, redes, boyas, envases, restos de embalajes, cajas plásticas y envoltorios de productos utilizados en la actividad. Debido a las corrientes marinas y la cercanía a zonas de pesca se acumulan en las costas y zonas intermareales de Chubut, amenazando a la biodiversidad marina y degradando su hábitat y el equilibrio ecológico en su conjunto. Esto es particularmente problemático en áreas protegidas como la Península Valdés, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Fuente: Diario Jornada