La práctica del senderismo aumentó en estos últimos años y es debido a sus grandes beneficios: mantener un buen estado físico sin demasiadas exigencias, prevenir enfermedades y desenchufarse del estrés diario.
Sofía Reyna es profesora de educación física y profesora de yoga y hace 9 años coordina grupos de senderismo en la región. En una entrevista con ADNSUR contó detalles sobre este deporte que sigue sumando adeptos.
“El senderismo es muy atractivo porque lo puede hacer todo el mundo, no hay restricciones ni de género, ni de edades. Se disfruta mucho del aire libre y se descubren paisajes increíbles”, comentó Sofía, quien actualmente vive en Rada Tilly y es por esa zona donde realiza gran parte de los recorridos.
La pandemia generó la necesidad de estar al aire libre, en espacios amplios y de poder contactarse con otros. Fue ese doloroso contexto en el que se produjo la explosión del senderismo.
Las mujeres, al mando del deporte
Con esta actividad se produjo un fenómeno y es que la mayoría son mujeres. Tal vez será por la modalidad de la práctica que se adapta a las necesidades de cada una.
“Se hace una hora de caminata muy activa y esto surge porque las mujeres somos multifuncionales: tenemos que trabajar, atender la familia y tenemos poco tiempo”, afirmó Sofía.
Asimismo, contó que las personas llegan al grupo por motivos que tienen que ver con la salud y el estrés:
- Bajar el colesterol y los triglicéridos
- Problemas cardíacos
- Recuperarse de alguna lesión
- Desenchufarse del estrés cotidiano
- Distraerse y conocer gente
“Las actividades son planificadas siempre, somos responsables. Se pide un apto médico y también tenemos un seguro de vida”, aclaró la coordinadora.
Cada vez que se integra alguien nuevo, ella conversa con la persona para diagnosticar el estado físico y definir bien la rutina ya que en función de su estado físico se adapta la misma.
“Muchos subestiman la caminata, pero es una actividad muy completa por lo que siempre hay que tomar recaudos”, agregó Sofía.
Los senderos
Realizar senderismo es prácticamente una aventura, los grupos se reúnen en un punto de encuentro y desde allí se dirigen al destino elegido para ese día. Sofía los conoce a todos como la palma de su mano y aún se sorprende de la admiración que produce el paisaje en los caminantes.
“Las chicas muchas veces paran para tomar fotos, te podés encontrar con zorros en el camino, hay mucho aroma de la vegetación que te rodea. A veces pasa que al próximo encuentro vuelven con información sobre alguna planta que descubrieron en la caminata y la comparten con las compañeras”, destacó Sofía.
El clima de la Patagonia es bastante duro por el viento y el frío, pero para Sofía nada es un impedimento, ya que asegura, que tiene que haber un clima extremo para que no salgan.
“Como toda actividad física, en el senderismo tiene que haber constancia, y es así como cada uno se supera en el tiempo. Salimos los 365 días del año”, reconoció la profesora.
Turismo y amistad
En algunas ocasiones se organizan excursiones a lugares más alejados. El turismo interno está a la orden del día: cerros como el Pico Salamanca y El Sarnoso de zona norte son muy atractivos para los caminantes.
“Hemos hecho viajes a Salta, Bariloche, San Martín de los Andes y tenemos pendiente aún el Calafate”, contó Sofía. “Hay grupos de otras provincias que se han contactado con el nuestro para visitarnos también”.
Durante las caminatas las chicas conversan, comparten experiencias de la vida e información de la más variada: teléfonos, recetas de cocina y anécdotas de la familia y es así que se propician otros momentos de encuentro. Muchas veces, deciden reunirse en la casa de alguna para compartir algo rico y festejar fechas especiales, como el día del amigo, la madre o simplemente el hecho de disfrutar un momento juntas.
El check del buen caminante
Quien tenga ganas de sumarse a esta actividad no debe cumplir demasiados requisitos, Sofía les pide una lista pequeña fácil de completa
- Ropa y calzado cómodo y adecuado para caminar por el campo. Las tunas y las ramas ásperas a veces pueden jugarle una mala pasada al caminante.
- Gorra para el sol y abrigo para las orejas dependiendo de la época del año
- Botella de agua
- Linterna para cuando salen un poco tarde.
- Certificado médico
- Buena onda, voluntad y mucha constancia
Sofía es muy entusiasta y ama su profesión. Reconoció que muchas veces se emociona, porque la gente llega tímidamente, sin estar muy segura de lo que va hacer y al final pasan cosas buenas siempre:
“Me ha pasado que vienen chicas y me dicen que gracias al apto médico que les pedí detectaron enfermedades pre existentes que desconocían. A veces hay otras a las que les costaba subir cualquier cerrito y hoy pueden trepar el Pico Salamanca sin dificultad”.
Es la tarde de un día cualquiera, un grupo de mujeres se encuentra en una plaza y se saluda. Hay risas, se comentan las novedades. Una de las chicas muestra las zapatillas nuevas que se compró porque la última vez, un la tuna se le clavó le dolió bastante. Comienzan a caminar hacia la base de un cerro. Comienza la trepada y por un rato hay silencio, hasta que todas cambian el aire. El sol comienza a caer y algunas se sacan fotos con el atardecer. Sofía motiva a las más rezagadas hasta que todas llegan a la cima. Es un día más que cumplen con el objetivo propuesto. Un día más de satisfacción para todas.