Se estima que 2019 marcará máximos históricos de emisiones de CO2 y temperaturas. El dióxido de carbono del sector de los combustibles fósiles crecerá un 0,6%, alejando las posibilidades de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
La COP25 culminó con criticas desfavorables al no haber podido alcanzar acuerdos en pos de revertir las emisiones de gases invernaderos, la principal prioridad en la lucha contra la crisis climática y el escenario mundial no indica que vayamos por un buen camino. En 2018 las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera alcanzaron una vez más niveles récord y según las estimaciones el 2019 será otro año de récords superados, ya que se espera que las emisiones de dióxido de carbono y las temperaturas globales continuarán en ascenso.
Según la Organización Meteorológica Mundial el año 2019 cerrará siendo el segundo o el tercer año más cálido jamás registrado desde que hay mediciones fiables, que arrancan en 1850. La temperatura media global se ubicará en 1,1 grados por sobre el nivel preindustrial, lo que nos deja muy cerca del techo de 1,5 grados establecido en el Acuerdo de París. El objetivo central de este acuerdo, alcanzado en la COP21 de París en el año 2012, es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados.
En la actualidad existe un acuerdo casi unánime por parte de la comunidad científica internacional en que el aumento de la temperatura se debe al incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera debido a las actividades humanas, siendo el principal de ellos el dióxido de carbono, cuya principal fuente emisora son los combustibles fósiles. Según el informe anual del Global Carbon Project (un grupo internacional de científicos que estudia el problema desde el año 2006) este año cerrará con un incremento de las emisiones de CO2 del sector fósil de un 0,6% respecto al año anterior.
“Lo más importante del informe es que este será otro año más de incremento de las emisiones”, detalla Pep Canadell, director ejecutivo de Global Carbon Project, y agrega: “Cada año extra que sigan creciendo hará que cumplir los objetivos del Acuerdo de París sea más difícil”. Según Canadell alcanzar el objetivo del 1,5 es imposible, porque para ello las emisiones tendrían que empezar a caer drásticamente a partir del año que viene y en vista de los resultados de la última conferencia de cambio climático, nada indica que esto podría suceder.
Según Petteri Taalas, secretario general de la Organización Mundial del Clima: “Nos estamos dirigiendo ahora a un aumento de la temperatura de más de tres grados a final de siglo”. El representante de la organización dependiente de la ONU explicó que “nuevamente hemos batido récords en las concentraciones de dióxido de carbono y ya hemos excedido el nivel de 400 ppm que se consideraba un nivel crítico. Esta concentración de dióxido de carbono continúa y continúa, y el aumento del año pasado fue en promedio casi el mismo que hemos estado observando en los últimos diez años”. En 2018 las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero alcanzaron niveles récord. El dióxido de carbono aumentó un 147%, el metano un 259%, y el óxido nitroso un 123%. Estos incrementos hacen que el cambio climático sea más agudo, que las temperaturas suban y que los fenómenos meteorológicos extremos se multipliquen.
Abel Sberna